CABRA: El religioso egabrense Vicente Cecilia Gallardo es beatificado como mártir y elevado a los altares
Fue fusilado durante la Guerra Civil tras ser identificado como religioso en un control en la localidad de Canillas, en 1936
La Iglesia Católica beatificó ayer en Madrid a sesenta mártires de la Familia Vicenciana asesinados durante la Guerra Civil española –entre ellos el egabrense Vicente Cecilia Gallardo– en una ceremonia celebrada en el Palacio de Vistalegre con la presencia de los arzobispos de Madrid, Carlos Osoro, y de Valencia, Antonio Cañizares.
Ante más de 3.000 fieles, el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano, ofició la ceremonia y calificó de "página oscura contra personas indefensas e inocentes" el período vivido en España entre los años 1936 y 1939. Amato resaltó que "son sesenta los mártires que hoy el Papa Francisco eleva al honor de los altares" e incluyen sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos", que fueron asesinados "por ser católicos".
El Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández; el párroco de Cabra, José Antonio Jiménez; y una representación de la comunidad de hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl de las escuelas de la Fundación Termens de Cabra, donde estudió Vicente Cecilia, asistieron a la celebración, que coincide con la celebración del 400 aniversario de la fundación de las Hijas de la Caridad.
¿Quién era Vicente Cecilia?
Nació en Cabra en 1914. Perdió a su madre a los tres años. En su formación, tanto religiosa como profesional, influyó de manera notoria toda la familia de su madre. Sus primeras profesoras fueron sor Inés Nuere Arambide y sor Emérita Goñi, Hijas de la Caridad en las escuelas de la Fundación Termens de Cabra. De párvulos, Vicente pasó a las escuelas del Ave María dirigidas por el sacerdote, Antonio Povedano. Aprendió el oficio de carpintero en el taller de su tío Miguel Torres. Ingresó en la Congregación el 16 de febrero de 1935, aunque no llegó a hacer los votos y murió siendo novicio.
El comité de Hortaleza practicó el primer registro en la comunidad el domingo 19 de julio de 1936. Ante el riesgo a los Hermanos jóvenes se les había provisto de dinero para hacer el viaje a sus casas o algún lugar seguro. Se les sugirió que salieran de dos en dos con toda precaución. Este fue el motivo de la salida de casa de los HH. Cecilia y Trachiner. Salieron a primeras horas del día 20 de julio con la intención de dirigirse andando a la casa provincial de Madrid, para que el superior provincial les asignara el lugar de refugio. Los detuvieron los milicianos en el control de Canillas, en la documentación figuraban como carpinteros, pero como en la maleta llevaban las sotanas y los crucifijos, conocieron que eran religiosos y en la madrugada del 21 de julio de 1936 fueron fusilados. Los cadáveres aparecieron junto al Ateneo Libertario de Ventas.