Cuestiones burocráticas ponen en peligro la ejecución de los trabajos de consolidación del Puente Povedano, joya renacentista del siglo XVI en Lucena
El presupuesto municipal destina 17.000 euros a labores de consolidación del puente Povedano y la aceña árabe de Jauja, aunque al menos el primero de ellos podría quedar fuera por temas jurídicos relacionados con su titularidad pública
El Ayuntamiento de Lucena ha incluido en los presupuestos municipales de este año una partida de más de 17.000 euros destinada a la conservación y restauración de dos importantes monumentos de la ciudad: el Puente Povedano y la Aceña Árabe de Jauja. Sin embargo, según ha señalado la concejala de Patrimonio Histórico, Charo Valverde, las dudas legales sobre la titularidad del Puente Povedano podrían impedir que se acometa la segunda fase de las obras previstas en este histórico enclave del siglo XVI, que sigue estando en situación de riesgo.
Valverde ha recordado que el Puente Povedano no está inventariado como bien municipal ni como propiedad de la Junta de Andalucía, lo que ha generado un problema administrativo que dificulta cualquier actuación por parte del Consistorio. “El secretario municipal opina que, ante la falta de inscripción como bien público y la posibilidad de que exista una doble demanialidad, el Ayuntamiento no puede intervenir”, explicó Valverde.
A pesar de los esfuerzos realizados para resolver este problema, que han incluido la entrega de documentación directamente a la consejera de Medio Ambiente, la situación sigue bloqueada. “El puente está en un estado que da pena, pero no podremos intervenir este año, al menos hasta que tengamos noticias claras sobre su titularidad”, lamentó la edil.
El Puente Povedano, construido en 1579, es una obra renacentista de piedra con una estructura de mampostería y sillares. Sirvió históricamente como cruce fluvial sobre el río Anzur, en el paraje de las Navas de Mingo Rubio. En 2019 se llevó a cabo la primera fase de restauración, que incluyó la consolidación de los arcos y el pilar central, con un presupuesto de 67.639 euros. La intervención, ejecutada por la empresa Antica Rehabilitación, evitó el hundimiento del puente y marcó el inicio de un proyecto más ambicioso para su completa restauración. Sin embargo, los problemas legales actuales han puesto en pausa estas actuaciones y vuelven a poner en riesgo la supervivencia del monumento.
ACTUACIONES EN LA ACEÑA DE JAUJA
En cuanto a la Aceña Árabe de Jauja, tras llevarse cabo una limpieza exhaustiva y sellarse sus entradas con enrejados para evitar el acceso de palomas al interior, esta previsto que este año se desarrolle una nueva fase de intervención, cuyo proyecto está ya en fase de redacción por personal de la delegación, para consolidar y preservar este legado.
La aceña está conformada por los restos de lo que un día fue molino de harina que aprovechaba la fuerza del agua para sus labores. Este complejo arquitectónico, íntimamente relacionado con el agua, fue probablemente el impulsor del núcleo urbano de Jauja en la Edad Media. Se construyó en el lecho fluvial, con una planta similar a la de un barco, para así aguantar a la fuerza de las crecidas torrenciales.
Todo el conjunto se fue ampliando y adaptando a las crecidas del lecho, de modo que se produce un cambio en el sistema motriz de sus ruedas, verticales y de paletas, usadas desde su origen andalusí hasta la mitad del siglo XVII, a otro de ruedas horizontales. Por su envergadura económica, la obra fue acometida por el Duque de Medinaceli y estuvo en funcionamiento hasta los años 40 del siglo XX.
El conjunto conserva todos los elementos arquitectónicos, pues río arriba encontramos el muro o azuda y diferentes pilares que tenían la función de canalizar el agua hacia los conductos que movían las ruedas. Por su parte, la zona donde se trasformaba el cereal en harina está compuesta por la casa del molinero, la aceña y el espacio entre ambas.