Manuel Carrasco deja en Lucena un concierto inolvidable ante más de 6.500 espectadores
Lleno hasta la bandera en la plaza de toros de Lucena para disfrutar de la primera parada en Andalucía de la gira ‘La Cruz del Mapa’ de Manuel Carrasco. Unas 6.500 gargantas acompañaron desde la primera hasta la última canción al onubense, que en plenas Fiestas Aracelitanas, hizo disfrutar a un público entregado disfrutó durante más de 2 horas y media al ritmo de sus temas.
Y Manuel Carrasco supo devolver ese cariño: “Se nota que estamos por fin en Andalucía”, exhalaba casi en un suspiro tras un inicio eléctrico con ‘Tambores de guerra’ y ‘Aprieta’, que dieron paso al Manuel Carrasco más motivador. En cada verso, en cada estribillo, en cada canción una batalla… a favor de la igualdad y el respeto. ‘No dejes de soñar’, ‘Que nadie’ y ‘Mujer de las mil batallas’ se mantienen como aire para los pulmones de quienes se sienten derrotadas.
Y en la hora más flamenca, la sorpresa de un fandango de Lucena, una auténtica oda a la ciudad con guiño a la Virgen de Araceli, con cuyas fiestas el Ayuntamiento ha querido hacer coincidir este concierto que supone el regreso a los grandes formatos.
Os dejamos como curiosidad la letra de ese fandango:
La Perla de Sefarad, ciudad de las tres culturas, los árabes, cristianos y judíos por ti quedaron prendidos como lo está ahora mismo mi pluma.
El Castillo del Moral, la necrópolis y su historia, Eliossana en su pasado, sus palacios y su velón con su luz propia.
Y por las Flores de Negrón, me adentro en el barrio de Santiago, el Cristo de la Columna cargando con nuestras culpas ataíto de sus manos.
Viernes Santo madrugada, ay Nazareno de Lucena, déjanos tu bendición para que cure el corazón y se lleve nuestras penas.
Y por la Sierra de Aras, arriba en el Santuario, la subida y la bajada, los santeros te esperaban. Qué dos añitos más largos.
Ayer, ayer ya se dio el pregón, hoy sonaron los tambores, con su traje de lucentina para ponerte bonita se fue a la ofrenda de flores.
Y mañana en San Mateo, las campanas repicando, qué ganas tenía de verte, mi Virgen de Araceli, para cantarte mi fandango. Patrona del campo andaluz, de mis colores escondíos la confidente eres tú.
Entre campiñas de olivos, laguna dulce y amarga, por donde el tren del aceite me encontré con tu mirada. Ay mi lucentina, ay mi lucentina, que mientras te canto me dejo la vida.
Y me harías muy feliz, y me harías muy feliz, si mañana al mediodía tú me invitas a un pilycrim.