La Virgen de Araceli baja a Lucena durante la madrugada de este domingo de Resurrección y ya preside el altar mayor de la parroquia de San Mateo
Como ya ocurriera el año pasado, ante restricciones derivadas de la situación epidemiológica, la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli ha optado por aprovechar la madrugada para que, sin aviso previo para evitar cualquier aglomeración, la Patrona de Lucena baje hasta la ciudad.
Así, en las primeras horas de este Domingo de Resurrección, la Virgen de Araceli ha llegado hasta la parroquia de San Mateo, donde ya ocupa un lugar central en el altar mayor del templo, desde donde acompañará a fieles y devotos de cara a los cultos que se desarrollarán en las próximas semanas con motivo de sus fiestas, un año más marcadas por la pandemia.
Según ha señalado la Cofradía en una escueta nota de prensa, la Virgen de Araceli ha bajado "de forma discreta, en esta ocasión acompañada por su camarera, el hermano mayor y el equipo de mayordomía de la Real Archicofradía".
En la parroquia la esperaban el vicario episcopal de la Campiña, David Aguilera Malagón, y el vicario parroquial de San Mateo, Diego Fernando Figueroa, junto a los componentes de la Junta de Gobierno de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli y su vocalía de Juventud. Una vez allí, "se ha situado a Nuestra Madre en el Altar para recibir a sus hijos al abrir las puertas de la Iglesia Mayor lucentina", incluye la nota hecha pública por la entidad aracelitana.