La comunidad ucraniana y el COF San Juan Pablo II inician una campaña de recogida de medicinas, ropa de abrigo y alimentos para ayudar a Ucrania
Desde Lucena se centralizará la recogida de donaciones en distintos municipios de la comarca, que posteriormente serán enviados a Ucrania
Con lágrimas en los ojos y el dolor de contemplar desde muchos kilómetros de distancia como las bombas destruyen las ciudades, la cultura, la democracia por la que ha luchado todo un país, dejando tras de sí un reguero de muerte, tragedia y desolación. De esta forma viven el medio centenar de ucranianos que residen en el sur de la provincia de Córdoba las noticias que llegan de Ucrania. Hoy han presentado en Lucena la asociación "Moia Ukrayina" –Mi Ucrania– y una campaña comarcal de recogida de medicinas, ropa de abrigo y alimentos no perecederos que desde esta ciudad partirán lo antes posible hasta su país, contando con la colaboración a nivel organizativo del Centro de Orientación Familiar San Juan Pablo II, que dispone de una dilatada experiencia en este tipo de campañas.
Oksana Humeniuk y Oksana Antoniak forman parte de esa comunidad ucraniana en la comarca, la primera trabaja como responsable comercial en una empresa de frío industrial, la segunda es profesora de la Escuela de Música y Danza de Lucena. Desde hace una semana ambas tienen su corazón y su pensamiento puesto en su país y su recuerdo con sus familiares y amigos, que en unos casos han alcanzado la frontera polaca huyendo de las bombas o se han desplazado hacia las zonas rurales menos castigadas por la aviación y la artillería rusas y en otros permanecen en ciudades literalmente sitiadas como Kiev, esperando que acabe la pesadilla en un sótano o una estación de metro o intentando frenar el avance de un invasor mucho más fuerte.
Entre sollozos irreprimibles, ambas han pedido a la población su colaboración con este campaña. Se precisa material de curas como gasas, vendas, betadine, sueros y catéteres; analgésicos y antiinflamatorios; antibióticos básicos; anestésicos; productos para las quemaduras o heparina y sus derivados para atender a los heridos en los hospitales y paliar las necesidades en un país donde las farmacias han quedado vacías. Pero además se busca ropa de abrigo, mantas, sacos de dormir para la inmensa oleada de refugiados –más un millón de desplazados en una semana de guerra– y pañales, leche y cereales en pollo y alimentos para bebes para los niños que han huido de la barbarie de una invasión injustificable.
Todo el material recogido en los municipios de la comarca será derivado a Lucena como centro de operaciones y enviado a Ucrania por carretera, en un transporte que posiblemente será sufragado desde el consistorio lucentino. Desde la frontera polaca voluntarios de organizaciones humanitarias ucranianas se encargarán de su distribución donde sea más necesario.
Pedro Arroyo, coordinador del COF, ha señalado que ya se ha conectado con empresas, entidades y colectivos lucentinos como la Agrupación de Cofradías, también con la totalidad de los centros educativos para hacer partícipes a los niños de esta situación de emergencia humanitaria. Durante dos semanas el COF permanecerá abierto por las tardes, de 6 a 9 y los sábados por la mañana para recibir donaciones, que también piden dirigirse a las farmacias locales. La llamada se hará extensiva también en las misas de este fin de semana en todos los templos lucentinos. Pedro Arroyo ha reclamado solidaridad para intentar paliar en la medida de lo posible la tragedia de esta guerra, "una situación terrible, que rompe los corazones no solo de los ucranianos sino de todo el mundo", según Oksana Humeniuk.