Desde el Paleolítico hasta hoy: la Cueva de los Murciélagos, un viaje al pasado
Bajo las entrañas calizas de las Sierras Subbéticas se esconde un tesoro que une naturaleza e historia: la Cueva de los Murciélagos de Zuheros, hasta el momento, la más grande de la provincia de Córdoba con más de 3.300 m topografiados.
Este rincón único, habitado por el hombre desde hace 35.000 años y moldeado por el agua a lo largo de milenios, no solo cautiva por sus formaciones geológicas y pinturas rupestres, sino que también se alza como un referente del turismo sostenible en Andalucía. Descender a sus profundidades es adentrarse en un viaje al pasado y descubrir la asombrosa conexión entre la humanidad y su entorno.
Enclavada en el corazón del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, la Cueva de los Murciélagos de Zuheros se alza como un testimonio fascinante de la historia humana y natural de la región. A 4 kilómetros del municipio de Zuheros y a 976 metros sobre el nivel del mar, esta maravilla subterránea combina, siendo la cueva más grande de la provincia de Córdoba, arqueología, geología y turismo.
Un nombre por habitantes alados
El nombre de la cueva, como suele suceder con los topónimos más evocadores, proviene de sus habitantes más ilustres: varias especies de murciélagos, entre ellos el murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum) y el murciélago pequeño de herradura (Rhinolophus hipposideros). Estos quirópteros encuentran en el fresco y oscuro refugio de la cueva un hábitat ideal para su desarrollo, formando parte de un ecosistema delicadamente equilibrado.
Refugio milenario
La historia de la Cueva de los Murciélagos comienza mucho antes de que las primeras luces del Neolítico iluminaran la península ibérica. Las investigaciones arqueológicas han revelado una ocupación humana continua desde hace más de 35.000 años, en el Paleolítico Medio. Durante milenios, la cueva sirvió como refugio para comunidades humanas, siendo escenario de ritos funerarios, actividades cotidianas y, posiblemente, ceremonias religiosas.
Entre los hallazgos más impresionantes destacan las pinturas rupestres neolíticas y calcolíticas, únicas por su antigüedad y estado de conservación. Estas representaciones simbólicas son un testimonio de las primeras expresiones artísticas de la humanidad en la región. Además, en 1938 se encontró el esqueleto de una mujer enterrada en posición fetal, un descubrimiento que refuerza la importancia histórica del lugar.
La obra del agua y el tiempo
Geológicamente, la Cueva de los Murciélagos es un ejemplo extraordinario de formación kárstica. Su origen se remonta a millones de años atrás, cuando el agua comenzó a filtrarse a través de las rocas calizas, disolviendo la piedra y creando un laberinto subterráneo de galerías, salas y columnas.
Los visitantes pueden recorrer un trayecto de 415 metros, que implica descender 65 metros a través de aproximadamente 700 escalones. Entre las salas más emblemáticas se encuentra la Sala de las Formaciones, hogar de una estalagmita de cuatro metros apodada "El Espárrago". Igualmente destacable es la Sala del Órgano, cuyas paredes están adornadas con caprichosas formaciones de estalactitas y estalagmitas que evocan las teclas de un instrumento musical.
Tesoro natural y cultural protegido
Declarada Monumento Natural y Bien de Interés Cultural, la Cueva de los Murciélagos no solo es un lugar de interés histórico, sino también un enclave protegido por su alto valor ecológico. Esta distinción asegura que su biodiversidad, sus tesoros arqueológicos y sus espectaculares formaciones geológicas se conserven para las generaciones futuras.
Además, su accesibilidad y su infraestructura turística la convierten en un destino ideal para visitantes de todas las edades. El recorrido está cuidadosamente diseñado para permitir una experiencia inmersiva, sin dañar los delicados ecosistemas de la cueva.
Un pilar del turismo en la Subbética
Para Zuheros y la comarca de la Subbética, la cueva es mucho más que una atracción turística. Representa un foco de atracción y un símbolo de identidad cultural. Según datos de la oficina de turismo local, recibe miles de visitantes cada año, consolidándose como un referente para el turismo sostenible en Andalucía.
La visita a la cueva suele complementarse con un paseo por las estrechas y blancas calles de Zuheros, considerado uno de los pueblos más bonitos de España. En este entorno, el viajero puede degustar productos locales como el queso de cabra, otro emblema de la zona.
Viaje al pasado y al corazón de la tierra
Explorar la Cueva de los Murciélagos es mucho más que una experiencia turística. Es un viaje al pasado remoto de la humanidad y un acercamiento a los procesos naturales que moldean nuestro planeta. Cada escalón descendido es un paso hacia un mundo de misterio y belleza, donde el tiempo se detiene y la historia cobra vida.
Para quienes buscan una conexión más profunda con la historia y la naturaleza, este rincón de la Subbética ofrece una experiencia inolvidable. La Cueva de los Murciélagos no solo es un lugar para visitar, sino un espacio para reflexionar sobre la relación del ser humano con su entorno, a través de los siglos.