El Instituto del Patrimonio Cultural de España ha entregado al Archivo Histórico Provincial de Córdoba tres documentos que ha restaurado, entre los que se incluye el contrato de realización del retablo de la capilla de San Juan de Letrán, en la Iglesia de Santo Domingo de Cabra por el artista Baltasar del Águila, en torno a 1560.
Éste es uno de los pocos documentos que hay en el Archivo de esa época, y hace referencia a un retablo que se conserva en la actualidad, pero modificado, con lo que es especialmente interesante ver cómo fue su diseño original en un documento que ha necesitado una limpieza y una reintegración de pulpa.
Los otros dos documentos son el protocolo notarial de 1616 que recoge el testamento, codicilos e inventario de bienes del Inca Garcilaso de la Vega, incluyendo su biblioteca. Según ha informado la Junta de Andalucía, Garcilaso de la Vega, historiador y escritor descendiente de la familia real inca y de militares extremeños, está considerado como uno de los primeros cronistas de la Historia de América, y de su erudición da pruebas el inventario de bienes que permite ver la envergadura de su biblioteca, que fue reconocida por la Biblioteca Nacional en una exposición en 2016, con motivo del centenario de su muerte. Posteriormente se expuso en la Fundación Botí de Córdoba.
El último documento restaurado es el plano del Mercado de la Corredera, que se instaló a finales del XIX y desapareció a mediados del XX. Este Mercado se comenzó a construir en 1893 y se inauguró en 1896. Estuvo en uso hasta que en 1951 el jefe del Servicio de Veterinarios realiza un informe acerca de su falta de salubridad, por lo que en 1956 fue demolido para edificar otro nuevo subterráneo con instalaciones más modernas.
El Instituto del Patrimonio Cultural de España es un centro estatal de referencia nacional en materia de conservación y restauración de bienes culturales. La restauración ha entrañado dificultades, dado el estado en que se hallaban los documentos, lo que ha exigido que se hayan sometido a procesos de una gran complejidad técnica.
Los citados documentos fueron especialmente escogidos para su restauración por su relevancia para la historia del arte, la literatura y el urbanismo de Córdoba y por encontrarse en un precario estado de conservación, que hacía peligrar su supervivencia.