Si algo nos ha enseñado este virus, es que cualquier plan se puede fastidiar al instante. De ahí la necesidad de seguir adelante y readaptarse a los nuevos tiempos; una mentalidad que ha llevado a la práctica el Ayuntamiento de Fuente-Tójar. Encabezado por su alcaldesa, Mari Fe Muñoz, este municipio ya puede presumir de los cuatros murales que durante una semana se han creado en el marco de la jornada artística "Art Toxar".
Este proyecto ha tenido la participación encomiable de Sake Ieneka, un artista natural de Baena que trabajó junto a la alcaldía hace ya ocho meses en la planificación de las jornadas previstas para abril. Sin embargo, el Estado de Alarma imposibilitó el normal desarrollo de una serie de actividades, como conferencias, rutas o conciertos, que pretendían llenar Fuente-Tójar de turistas durante una semana y convertir el pueblo en un museo local al aire libre.
Este inconveniente también dejaba en el aire el presupuesto destinado, tasado en cerca de 8.000 euros. Una partida económica en la que el Ayuntamiento, a través de la concejalía de Turismo, aportaba unos 3.000 euros en materiales y hospedaje, mientras que el resto, concretamente 5.000 euros, fue proporcionado por la Junta de Andalucía, a través de la delegación del Patronato de Turismo de Córdoba, para el contrato de los implicados.
Finalmente, las partes interesadas decidieron realizar durante este mes una actividad que no implicara la visita de turistas para "no romper la burbuja anti-covid de Fuente-Tójar", según justificó la alcaldesa. Por tanto, se apostó por la creación de un total de cuatro murales de la mano de diferentes artistas convocados por Sake, quien también puso la firma en uno de ellos.
El pintor de Baena se ha encargado de recrear el molino local en el edificio donde se encontraba esta máquina de producir aceite desde 1914. El collage se compone de unos canastos de mimbre, un motor que aún se conserva y unas aceitunas, los elementos principales del molino de esa época. Se trata de la segunda obra de Sake en Fuente-Tójar, donde ya dejó su huella hace poco cuando culminó su espectacular mural del Danzante Mayor.
El Danzante de San Isidro es una de las tradiciones más singulares y antiguas de la provincia de Córdoba. Por ello, el argentino Guido Palmadessa, otro de los artistas invitados, ha representando en la plaza, donde finaliza cada año el desfile de esta festividad, la figura de Elvira, encargada de confeccionar a mano los gorros de los propios danzantes.
Para realizar este mural y, dado que esta mujer ya no se encuentra entre nosotros, Guiro tuvo que solicitar algunas fotos a su familia y recoger información de la biblioteca para saber cómo era o qué rasgos tenía. Con todo ello y, puesto que la ocasión lo merecía, este artista ha consumado el mural más grande que se ha realizado en el pueblo hasta el momento con Elvira, su labor y su sonrisa característica como protagonistas.
Un poco más arriba, el artista canario Ione Domínguez ha elaborado su obra relacionada con la bebida Sanitex en la fábrica donde esta se elaboraba y posteriormente se distribuía. Comercializada en los años sesenta, esta gaseosa ha sido reproducida con un estilo surrealista a través de un bodegón con dos limones, una naranja, la botella y un fondo colorido asociado a sus anuncios, ya que estos tenían un marcado carácter infantil.
Por último, el cacereño Sojo se encargó de plasmar la historia de Fuente Tójar. Lo ha logrado con la elaboración de un bodegón compuesto por una vasija árabe o una estrella dantesca, entre otros restos arqueológicos hallados en este municipio, el cual goza de un rico bagaje histórico que también se quiere promocionar por parte de la corporación municipal.
Todos estos artistas han hecho posibles sus obras -que se promocionarán con un vídeo grabado por el cámara profesional Manu Cano- gracias a una profunda documentación previa durante los dos primeros días de trabajo. Una tarea necesaria para cumplir con su deber: "Los artistas que pintamos el espacio público tenemos una responsabilidad enorme, ya que las obras tienen que ir acorde con las tradiciones del pueblo para que la gente se sienta afines a ellas y que así no lo vean como una imposición artística", se sinceró Sake, quien cuenta con experiencia en otros países de Europa y Latinoamérica.
Aseguró que pronto lo veremos de nuevo dando color a otros entornos de la Subbética, tal y como ha hecho esta vez en Fuente Tójar, un municipio que ya espera al cese de la pandemia para mostrar a todos los turistas su historia, cultura y tradiciones. Porque, pese a los adversidades, queda claro que ni el virus más letal es capaz de parar las buenas iniciativas.