Muchas son las personas que estos días se acercan hasta el Castillo de Iznájar para contemplar desde sus torres y murallas nazarís las bellas puestas de sol con el embalse y los campos de olivares al fondo.
Captar la mejor luz del día, cuando el atardecer pinta paisajes de ensueño, es el objetivo de turistas y aficionados a la fotografía y a la pintura, que deciden subir hasta lo más alto de la villa, con la seguridad de que obtendrán imágenes sin igual.
Pisar siglos de historia, pasear entre muros que hablan de batallas y fronteras, y ver cómo se oculta el gigante mientras se escucha de fondo cantos nazaríes que ambientan el recinto. Las enseñanzas islámicas estipulan que la puesta del Sol bajo el horizonte marca el fin del ayuno.
Excusa perfecta para cuando finalice la visita al Castillo se deje de nuevo cautivar, pero ahora por los sabores de la gastronomía iznajeña, en restaurantes, tascas o terrazas al aire libre desde las que disfrutar por enésima vez, de las impresionantes panorámicas que ofrece este bello rincón de la Subbética cordobesa que es Iznájar.
Son muchos los concursos o portales que compiten por dar con la mejor puesta de sol del mundo. Son objeto de deseo de instagramers y de quienes atesoran bellos recuerdos. A pesar de esto, se corre el riesgo de asegurar haber dado con la mejor entre las mejores, y esa solo puede verse desde el Castillo de Iznájar.
Para entrar a esta fortaleza iznajeña no es necesario reservar previamente. Desde la misma taquilla se pueden comprar la entrada por un euro. El horario de tarde durante el verano es los viernes y sábados a partir de las 19:00 horas. El horario de mañanas es de martes a domingos desde las 9:30 horas.