EDUCACIÓN

La delegada territorial de Educación, Inmaculada Troncoso, visita el IES Aguilar y Eslava de Cabra en su 175 aniversario

Además de su labor educativa, el Instituto de Enseñanza Secundaria se ha erigido en un importante foco social y cultural de la Subbética

aguilar y eslava

La delegada de Educación y Deporte en funciones, Inmaculada Troncoso, ha visitado en la localidad de Cabra el IES Aguilar y Eslava, centro referente en la Subbética cordobesa que este año cumple su 175 aniversario, si bien su edificio se remonta a 1679, año en el que se instituyó como “establecimiento docente”. Por sus aulas han pasado ilustres estudiantes, caso de Dionisio Alcalá Galiano, cartógrafo y marino egabrense, Blas Infante, padre de la patria andaluza, o Niceto Alcalá Zamora, presidente de la Segunda República. “Es todo un orgullo para la comunidad educativa de la provincia contar con centros como el IES Aguilar y Eslava, ejemplo de cómo combinar a la perfección educación, cultura y tradición. Alcanzar los 175 años de trayectoria es un hito que resume el buen hacer de un centro que, sin duda, continuará creciendo con el paso del tiempo”, ha manifestado Troncoso.  

Con más de 500 alumnos y alumnas, y medio centenar de docentes, este instituto público no solamente destaca por su labor educativa, sino que a través de su fundación se erige en un foco social y cultural en el que se hallan representados varios estamentos de la sociedad local. Además, en sus instalaciones podemos encontrar el Museo Aguilar y Eslava, espacio que contiene los fondos históricos y artísticos de la citada fundación. Forma parte de la Red de Museos de la Junta de Andalucía desde 2002, aunque su inauguración oficial no llegó hasta 2007 tras una remodelación del edificio. 

La riqueza de este centro educativo no solo es perceptible entre sus paredes, cuya zona educativa ha sufrido transformaciones y procesos de modernización con el objetivo de adaptarse a las labores que la enseñanza requiere en pleno siglo XXI, sino que también se acrecienta con la permanencia bien conservada de la zona noble, lo que fue el edificio primigenio.