Andalucía es una región muy rica a nivel cultural, histórico y social. No por nada millones de turistas acampan en los más de 800 kilómetros playeros cada año para disfrutar de la gastronomía, el clima, y la magnífica oferta de monumentos emblemáticos.
Pero Andalucía no es solo las playas y el sol. Andalucía también es la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba y la Giralda de Sevilla.
Y al mismo tiempo, Andalucía ahora se está convirtiendo también en un destino preferido para los amantes de los juegos de casinos. La famosa ruleta, los tragamonedas o el bacará son algunas de las modalidades populares entre los aficionados a casinos. Sin embargo, las disciplinas por excelencia en los establecimientos de juego en Andalucía son los juegos de naipes: el póker y el blackjack.
Francia y España se debaten históricamente el primer puesto en cuanto al origen del póker. Los dos países contaban desde los siglos XVI con juegos muy similares que podrían haber sido los precursores del póker, pero no existen registros exactos.
Lo que sí dictamina el consenso entre expertos es que este juego llegó desde Egipto en el siglo XIV gracias al desarrollo del comercio marítimo que tuvieron los países mediterráneos en esa época.
En cuanto a los casinos, Andalucía no empezó siendo una región precursora en España. De hecho, los primeros casinos en abrir en España fueron el Casino de Castellón en 1814, el Casino de Madrid en 1836, y el Casino de Murcia, en 1847.
Pero en el transcurso del siglo XX, Andalucía recuperó rápidamente el terreno perdido en cuanto a casinos y establecimientos de juegos de apuestas con el resto de España.
En la actualidad, existen seis casinos en Andalucía que llevan la batuta en cuanto a los juegos de casinos en la región. Existen otras salas de juego, pero si hablamos de establecimientos que estén marcando una época entre los aficionados a los casinos, hablamos del Casino Admiral en Sevilla, San Roque y Granada, el Casino Bahía de Cádiz, el Casino Marbella y el Casino Torrequebrada.
El Casino de Torrequebrada, en particular, es el casino estandarte de toda Andalucía y además el que se encuentra más cerca de la Subbética: A solo 100 km de Lucena, es la mejor opción para aquellos amantes de los juegos de casino que no puedan acceder a ellos en nuestra región.
Tanto este casino, como aquellos de la ciudad de Cádiz, San Roque y Sevilla, son establecimientos que organizan regularmente torneos nacionales de primer nivel en la modalidad de póker y, en la actualidad, Andalucía goza de magníficos representantes en esta disciplina.
El mejor jugador de póker andaluz es Juan Pardo Domínguez, un malagueño que ya acumuló más de 3,75 millones de euros en torneos nacionales e internacionales, y es el cuarto español en el listado de mejores jugadores de póker.
El otro juego de naipes que domina las mesas de los casinos es el blackjack. Casualmente, esta modalidad de juego está encontrando más adeptos a las versiones de blackjack online que a las versiones físicas.
Y es que las ventajas de la digitalización de las economías permitieron que numerosas plataformas de casinos online pudieran atraer a un gran número de usuarios.
Una de las ventajas del blackjack online es que se puede jugar desde la comodidad de tu casa, sin necesidad de tener que desplazarte a un casino físico. Incluso, la mayoría de los jugadores lo hacen desde el móvil, a través de las aplicaciones que las plataformas de juego desarrollaron, por lo que los amantes del blackjack tienen el entretenimiento al alcance de sus manos.
Esta facilidad para acceder a jugar está convirtiendo al blackjack en el juego de naipes más popular después del póker, y solo el tiempo nos dirá hasta dónde puede llegar la afición por esta modalidad.
La realidad es que más y más, los casinos online le están ganando terreno a los casinos físicos y generando más seguidores a este tipo de plataformas. Según estudios del 2019, cada habitante de la comunidad autónoma de Andalucía gasta alrededor de 1,16 euros por trimestre, 4,53 euros al año, en este sector. Se espera un aumento de estas cifras para los siguientes años.