El Grupo Oleícola El Tejar despidió a parte de su plantilla después de que los representantes de los trabajadores no hayan aceptado la reducción del 10% de los salarios del personal. La Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT Córdoba ha rechazado esta actuación tras la negativa del grupo a entregar a los sindicatos las cuentas de resultados provisionales de 2020, en cuyas “pérdidas” basa El Tejar su decisión.
Según un comunicado, UGT-FICA Córdoba no va a aprobar una reducción salarial cuando, hace apenas un año (abril de 2019), entró en vigor el último convenio con una duración de cuatro años y con revisiones salariales anuales de un 2%, aproximadamente. Sobre todo, cuando la compañía argumenta su propuesta en “previsibles pérdidas futuras”, basadas en unas cuentas de resultados provisionales para 2020 que han sido solicitadas por parte del sindicato en reiteradas ocasiones, sin obtener respuesta hasta la fecha.
Asimismo, UGT-FICA Córdoba reprueba al Grupo Oleícola que señale a los sindicatos como culpables de estos despidos cuando la labor que se ha realizado durante la crisis del Covid-19, según señalan, ha estado encaminada a facilitar la viabilidad de las empresas con la negociación y firma de los ERTES que han sido necesarios, en aras de mantener el empleo y la actividad empresarial.
Desde el sindicato dicen haber estado siempre dispuestos a sentarse y a dialogar para solucionar aquellas situaciones y problemáticas que se presenten, de la forma más ágil y con la máxima seguridad jurídica. UGT-FICA Córdoba ha querido recordar al grupo Oleícola El Tejar que, por su parte, “siempre ha existido buena voluntad para la subsanación de los problemas como, por ejemplo, para los requerimientos exigidos desde la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía en materia de Igualdad de Género y Conciliación de la vida familiar. Un propuesta que se realizó a la dirección de la compañía y de la que seguimos sin respuesta.”
Aún así, la Unión General de Trabajadores reitera su disposición para dialogar y negociar la reestructuración de la plantilla que pretende abordar la compañía. Una modificación que se tiene que desarrollar de forma no traumática y con fórmulas como las salidas voluntarias o prejubilaciones, pero siempre contando con la participación y negociación de los representantes de los trabajadores y de las organizaciones sindicales.
