El pantano de Iznájar, el más grande de Andalucía, embalsa en estos momentos apenas 236 hectómetros cúbicos, que apenas un 24,06% de su capacidad total, cifrada en 981 hectómetros cúbicos, uno de los puntos más bajos de la última década, pese a ser en estos momentos el que alberga una mayor cantidad de agua en el conjunto de la cuenca del Guadalquivir. Las últimas lluvias solo han supuesto han supuesto la entrada de 4 hectómetros cúbicos de agua. Hace un año, en noviembre de 2016, el pantano estaba en torno a los 414 hectómetros cúbicos –el 42,20% de su capacidad total– y diez años atrás embalsaba 538 hectómetros, casi el 55% del volumen total.
La bajada de los niveles de agua sí produce un efecto demoledor en el paisaje, evidenciando la sequía y devolviendo a la retina imágenes olvidadas de viviendas, carreteras o puentes, un pasado todavía vivo en la memoria de muchos vecinos de Iznájar que aún recuerdan como fueron desapareciendo irremisiblemente bajo el agua sus fértiles huertas y sus casas en la segunda mitad de la década de los sesenta, antes de la inauguración oficial del pantano por Franco, en 1969.
Hay que remontarse hasta los periodos de sequía de 1995 y 2008 para encontrar niveles más bajos. Tras el verano de 2008 el pantano llegó a estar por debajo del 15%. Con todo, el abastecimiento a los pueblos a los que abastece el pantano no peligra por el momento e incluso se han salvado hasta ahora los riegos previstos y la función hidroeléctrica del embalse. No obstante, la situación puede empeorar gravemente si las lluvias no llegan en las próximas semanas.
Y es que la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) aprobaba la pasada semana la creación de la Comisión Permanente de Seguimiento de la Sequía tras conocerse el último informe que da cuenta de la entrada del sistema de regulación general en la situación de emergencia, lo que afecta directamente a los regadíos, por lo que algunas asociaciones agrarias empiezan a preocuparse ante la posibilidad de que se cierre el grifo a nuevos riegos en el caso de que continúe sin llover.
El propio presidente de la CHG, Antonio Ramón Guinea, indicaba la semana en Sevilla que "si bien el regadío puede ver muy comprometida la campaña próxima, el abastecimiento humano -que en su mayoría depende de otros sistemas diferentes del de regulación general y no están en tan mal estado- tiene una disponibilidad muy considerable". Fuentes técnicas de la CHG estiman que las reservas para abastecimiento humano estaban garantizadas para tres años.
OBRAS EN LA CABECERA DEL PANTANO
De otra parte el Consejo de Ministros ha tomado razón de ocho obras de emergencia llevadas a cabo por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), relacionadas con la gestión e infraestructuras del agua, por un importe global de 16.684.794 euros, localizadas en las provincias de Tarragona, Huelva, Murcia, Huesca, Cantabria, Alicante y Córdoba.
En lo que se refiere a la comarca sur cordobesa cabe reseñar las obras de emergencia para efectuar reparaciones en infraestructuras hidráulicas en la presa del azud del embalse de Iznajar, por un importe de 800.000 euros.