El hombre de unos 95 años de edad acusado de asesinar de 46 puñaladas a su mujer de 86 años, enferma de Alhzeimer, el 29 noviembre de 2019 en la localidad de Iznájar ha declarado este martes en el juicio con jurado que cometió los hechos "por amor" tras admitir que la enfermedad que sufría ella lo "destrozó". "Me enloqueció verla en esa situación", ha subrayado.
Durante la declaración ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Córdoba, que prevé entregar este miércoles el objeto del veredicto al jurado, el procesado ha relatado que no sabe qué le pasó a él para llegar a asesinarla, a la vez que ha afirmado que quiso terminar con su vida tras hacerlo con la de su mujer, porque "sin ella la vida no tiene sentido".
"La quería con locura", ha manifestado el hombre, destacando que los 61 años de convivencia fueron "maravillosos y felices", pero "la enfermedad maldita me destrozó". Así, visiblemente emocionado, se ha confesado "culpable de los hechos".
Mientras, sus hijas, que se han lanzado besos con su padre, entre lágrimas, han pedido que no sea considerado un caso de violencia de género, sino "un acto de compasión", porque su progenitor "no quería ver sufrir" a su madre, al tiempo que han valorado la relación de matrimonio, en la que eran "uña y carne". Ninguna está personada en la causa.
Una de ellas, quien estuvo con ambos en la casa cuando ocurrió el crimen, ha comentado que en el momento de los hechos él estaba con tratamiento de pastillas y "alguna vez ha estado depresivo". También ha precisado que su madre presentaba "Alzheimer en estado avanzado", de hecho le habían concedido la ayuda a domicilio, aunque en aquellas fechas no se había hecho efectiva.
Además, el letrado que representa al acusado, que se adhiere a la calificación de los hechos como asesinato hecha por las acusaciones, la fiscal y el abogado de la Junta de Andalucía, ha explicado que en los 61 años de relación "nunca hubo incidentes" entre ambos, "ni por violencia".
Asimismo, ha indicado que la mujer padecía Alzheimer y "estaba en una cama sin posibilidad de moverse", de manera que "en su desesperación decidió acabar con la vida de ella, pero también quería quitarse su vida", algo que no logró, ha apuntado el abogado, para defender la aplicación de atenuantes para que "los años que le quedan de vida le sean lo más pasajeros posibles".
De igual modo, ha insistido en que "en ningún momento hubo un entorno machista", por lo que "no hay nada que se pueda encuadrar en ese ámbito", a lo que ha agregado que "la única salida que vio ante la situación era esa". Ha destacado que la relación del padre y sus hijas es "cordial", de forma que ha pedido que le apliquen "una serie de atenuantes para que la pena sea la menor posible" al contar con 95 años de edad, de los que lleva en prisión desde noviembre de 2019.
LE PIDEN 24 AÑOS DE CÁRCEL
Mientras, la fiscal del caso ha expuesto que el procesado "nunca ha negado los hechos", al tiempo que ha indicado que su esposa "no tenía posibilidad de defenderse y oponerse a las puñaladas", por lo que "los hechos son muy claros", y ha remarcado que "no sólo utilizó el cuchillo varias veces, sino que presionaba la boca para que no pidiera auxilio y sin posibilidad de defenderse". En el caso también esta personada la Junta por la consideración de caso mortal de violencia de género.
La Fiscalía pide para él una pena de 24 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con la agravante de parentesco. Según recoge la calificación del Ministerio Público, el procesado, que está en prisión provisional desde el día siguiente a los hechos, y su mujer llevaban casados 61 años y residían en un domicilio de dicho municipio, en el que en la planta superior vivían una hija de ambos y un hijo de ésta, de 25 años.
Al respecto, el 18 de noviembre la víctima ingresó en el Hospital de Cabra por una herida de arma blanca en el tórax, sin descartar que fuera un acto de autolisis, y regresó a la vivienda el 27 de noviembre. A partir de esa fecha, el acusado dormía en el dormitorio de matrimonio y la víctima en uno pequeño de dos camas. Desde la fecha del alta hospitalaria, la mujer no se había levantado de la cama.
En este sentido, el 29 de noviembre, el varón y la mujer se encontraban en el domicilio en compañía de una de sus dos hijas, con quien comió él y tras ello se quedaron un poco dormidos, si bien después el hombre se fue al dormitorio de la víctima y se sentó en la cama de al lado. Entró su hija y el procesado le dijo que prefería quedarse allí "que estaba más calentito", de modo que se tumbó en la cama y ella lo tapó con una manta, para acto seguido marcharse a recoger la cocina.
Sobre las 16,00 horas, el acusado, "a sabiendas de que su mujer no podía moverse de la cama" por la lesión que le llevó al hospital, "lo que mermaba toda posibilidad de defenderse", según detalla el fiscal, supuestamente cogió un cuchillo y, "con intención de acabar con su vida y a sabiendas de que así aumentaba inhumanamente el sufrimiento de la víctima, la apuñaló hasta un total de 46 veces" en distintas partes del cuerpo, a la vez que "presionaba la boca de la víctima para que no gritara".
Ante ello, la mujer, "dada su escasa movilidad y débil estado de salud, no opuso resistencia a su agresor, encontrándose una única herida defensiva en el dedo anular de la mano izquierda", según precisa el Ministerio Público.
Mientras, la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género confirmó en los siguientes días como violencia de género el crimen de la mujer, si bien desde la familia se pidió que el homicidio no se abordara como violencia de género, al relacionar lo sucedido con "un proceso eutanásico y no con un episodio de malos tratos". El Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) se puso en contacto con la familia y le ofreció asistencia psicológica.
DÍAS DE LUTO
Por su parte, el Ayuntamiento de Iznájar, a través de un comunicado suscrito por su alcalde, Lope Ruiz, informó de la declaración de dos días de luto por el fallecimiento de la anciana de 86 años.
"A la vista del trágico fallecimiento de nuestra vecina, que ha llenado de dolor no solo a los familiares y amigos, sino a todos los vecinos de Iznájar", y como "testimonio de dolor" de la Corporación por "tan triste acontecimiento", el Consistorio acordó declarar luto oficial en el municipio durante los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2019.
Asimismo, se suspendieron todos los actos lúdicos organizados por el Ayuntamiento durante los dos días de luto y que las banderas a media asta y un crespón negro en señal de luto ondearan en la fachada del Consistorio. Además, se acordó, en nombre de la Corporación municipal, trasladar las condolencias a los familiares y amigos de la fallecida.