El Ayuntamiento de Lucena y el Consejo Local de la Mujer han rendido este viernes un merecido homenaje a Felisa Reyes Ortega, premiando así la valiosa trayectoria profesional de esta lucentina, primera mujer gitana doctora en Ciencias Naturales y Experimentales en España y actualmente profesora e investigadora de la Universidad de Granada.
Este homenaje constituye el acto central de los organizados con motivo del Día Internacional de la Mujer y tuvo como preámbulo la lectura por parte del alcalde, Juan Pérez, del Manifiesto aprobado por el pleno del Ayuntamiento de Lucena, y un espectáculo de poesía y flamenco –dirigido por Sensi Budia y la bailaora Pilar López– con la colaboración de la Asociación cultural Naufragio y la Academia Ateneo.
Felisa Reyes Ortega nació en el seno de una humilde familia gitana, dedicada al comercio y compuesta por 6 hermanos. "Feli" constituye un ejemplo de tesón y trabajo personal, que la llevó a doctorarse en la Universidad Autónoma de Madrid en Química Orgánica en el año 2013, obteniendo la calificación de Cum Laude con Mención Internacional. Ha publicado más de 20 artículos en distintas revistas científicas nacionales e internacionales. Además, pertenece a la Real Sociedad de Química Española, al Grupo Especializado de Polímeros y al Centro de Nanomedicina de Australia y actúa como experta de evaluación de proyectos científico-tecnológicos de la Unión Europea.
Actualmente Felisa es profesora e investigadora en el Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Granada, donde imparte clases en Grados diferentes –Física, Ingeniería Química y Biotecnología– y está involucrada en un proyecto de investigación sobre síntesis de "nanopartículas magnéticas". Además a trabajado en distintas empresas farmacéuticas, tanto nacionales como internacionales.
Pero por encima de sus méritos académicos y sus dotes como investigadora, algunos de quienes mejor la conocen –su padre, su madre o su hermano menor, que ayer intervinieron en el acto– destacaron su valía personal, su bondad y simpatía, su sonrisa permanente, su capacidad para luchar por sus anhelos profesionales manteniendo vivos los valores de su etnia y constituyéndose en ejemplo para muchos gitanos y gitanas y su peso como sostén de una familia de seis hermanos, todos ellos universitarios, con un ingeniero areonaútico, una abogada, un farmacéutico, una odontóloga y otro ingeniero aeroespacial en ciernes.
