Tienen sueños. Y el futbol les sirve para seguir soñando, para pasar el tiempo y ayudarles a dejar atrás un pasado reciente de violencia, persecución o guerra; para estrechar lazos, dar la mano al rival amigo o dibujar sonrisas.
Es el equipo de fútbol-sala de la ONG 'Lucena Acoge' y está formado en su práctica totalidad por refugiados, junto a alguno de los colaboradores que diariamente trabajan con ellos. Proceden de tres continentes y tienen hasta siete nacionalidades: Siria, Gambia, Guinea Conakri, Camerún, Honduras, Venezuela y Marruecos, pero en el campo intentan hablar un solo lenguaje, el de la integración.
'Lucena Acoge' actúa desde noviembre pasado como entidad receptora de solicitantes de protección Internacional. Desde entonces han llegado a nuestra ciudad 25 refugiados. A una primera etapa, fijada en seis meses, en la que los recién llegados son atendidos en un piso de la propia organización, le suceden otras dos, también limitadas a medio año, en las que paulatinamente se les otorga mayor autonomía, aspirando a lograr su total inserción en la sociedad. Unos y otros participan en esta iniciativa.
"La idea de crear este equipo para participar en la Liga de Verano de Fútbol Sala pretende ofrecer a estos chicos una oportunidad de ocio, un momento de diversión, evitar que piensen en unas historias personales muy duras, facilitarles que puedan conocer a otros jóvenes de la localidad, salir a tomar un refresco...", señala Javier Morales, responsable del departamento jurídico de Lucena Acoge y uno de los impulsores de esta idea que busca la integración a través del deporte, con toda su potencia de transmisión de valores.
Su participación en esta iniciativa mejora su proceso de adaptación y su conocimiento del espacio de acogida, en un entorno favorable que en alguna medida contribuye a paliar las dificultades de su situación personal. "Vienen de realidades muy diferentes pero igualmente duras, han sido en sus países de origen víctimas de persecuciones por diferencias políticas, por su orientación sexual, por motivos étnicos o religiosos; han vivido en zonas de guerra y arrastran vivencias dramáticas" asegura Morales.
El equipo de fútbol satisface su necesidad de socialización y diversión y les ayuda a evadirse por un tiempo de su lucha interna. También supone una oportunidad de compartir un objetivo con otras personas sin importar ni el color de su piel ni su nacionalidad.
El pasado jueves iniciaron la competición. La foto de su primera alineación es también su primera victoria, a pesar de perder el partido, que el azar quiso que les enfrentara al "United" –Unidos–, todo un objetivo para empezar esta aventura.
Por cierto, buscan patrocinadores que quieran hacer bueno el único nombre que hasta ahora luce en sus camisetas: "Lucena Acoge".