La Policía Local de Lucena vuelve a contar desde hoy con la Unidad Canina estrenada hace dos años de la mano del perrito Kofi, y desaparecida algunos meses después tras el fallecimiento del animal. Lo que media entre la muerte de Kofi y la presentación de su sucesor, Pirri, cruce de perro de aguas con bodeguero y a la sazón hijo del primero, ha sido el tiempo necesario para proceder a su adiestramiento.
Como su antecesor, Pirri ha tenido un duro un entrenamiento previo para desarrollar la habilidad de detectar la presencia de hasta cinco sustancias estupefacientes y derivados de productos de consumo habitual como hachís, marihuana, cocaína o heroína. En la otra parte ha estado el agente Jesús Dorado, propietario del animal, cedido a la policía, que se ha ocupado de su adiestramiento y cuidado.
Según ha explicado el alcalde, Juan Pérez esta unidad trabajará especialmente en el control del menudeo de drogas en centros educativos e institutos, así como en zonas en las que se registre una gran afluencia de público y en tareas para la que pueda ser requerida por otros cuerpos de seguridad como la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Lucena vuelve a contar de la mano de Pirri una de las pocas unidades caninas existentes en nuestra provincia. El agente asignado a la misma, Jesús Dorado, señalaba que Pirri realiza un un marcaje pasivo del lugar donde se encuentra la droga, denominado "lapa", frente a otras unidades en las que ese marcaje es activo, arañando el objeto o la persona que porta los estupefacientes. El perro, una vez que detecta la sustancia, señala con su hocico el lugar exacto donde se encuentra y posteriormente se sienta.
Para estos animales el proceso de marcaje de la droga es un juego, ellos detectan la sustancia y posteriormente esperan una recompensa en forma de juego.
Esta mañana Pirri ha marcado media docena de hallazgos de distintas sustancias en el transcurso de la demostración, tanto en un vehículo, como escondidas entre la ropa, en una mochila o en un jardín.