El Ayuntamiento de Lucena ha recibido el interés de una cadena turística para hacerse con el palacete barroco de la calle Condesa Carmen Pizarro –el antiguo restaurante Golem– y los alfolíes ducales del Coso, y convertirlos en un hotel-boutique. Según ha explicado a LucenaHoy el edil popular Francis Aguilar, la empresa está "muy interesada" en promover esta "iniciativa privada", que supondría la puesta en valor de estos inmuebles, expropiados en su día por el consistorio lucentino a petición de sus propietarios, al gozar los mismos del máximo nivel de protección en el PGOU vigente.
La edil de Urbanismo, Charo Valverde, ha señalado que las primeras consultas jurídicas sobre la viabilidad de este proyecto indican que no habría impedimento legal para que el ayuntamiento realice una cesión demanial del suelo o de uso público del edificio, que sería acondicionado y rehabilitado por cuenta de la cadena hotelera.
La figura administrativa de la "iniciativa privada" es la misma que otra empresa va a utilizar para promover la construcción del nuevo aparcamiento subterráneo y supone la presentación por parte de los promotores de un estudio de viabilidad técnica y económica del proyecto y la posterior licitación pública del mismo, a la que podrá concurrir cualquier firma del sector.
El posible uso hotelero de estos edificios ya fue tanteado por el anterior equipo de gobierno sin éxito, optando en el tramo final del mandato corporativo por encargar la redacción de un estudio básico y de ejecución sobre la idoneidad de los mismos para albergar la Escuela Municipal de Música y Danza y para conocer el coste de la intervención.
El PP ya se mostró contrario a esa decisión, incorporando en su programa electoral un uso museístico para estos inmuebles históricos. Francis Aguilar ha señalado que la prioridad pasa "por poner en valor los numerosos edificios municipales que actualmente carecen de uso".
1.100 METROS CUADRADOS DE SUPERFICIE Y 1,3 MILLONES DE EUROS DE INVERSIÓN
El ayuntamiento de Lucena ha desembolsado desde 2017 casi 1,3 millones de euros para comprar estas construcciones. Los "alfolíes" ducales tuvieron que ser adquiridos en marzo de 2017 por 595.885 euros, justiprecio establecido por la Comisión Provincial de Valoración. Cuentan con tres plantas, baja más dos, con una superficie de 800 metros cuadrados. A esa inversión se sumaron 107.000 euros para adquirir el actual acceso desde El Coso.
El edificio, vinculado a la casa ducal de Medinaceli, tuvo durante dos siglos un uso de almacén de grano, como aún atestiguan algunos de los elementos que conectan sus distintas plantas. De planta basilical, sus características permiten ubicarlo en el estilo barroco tardío, y pudo ser edificado en su estructura actual en la primera mitad del siglo XVIII. Tiene planta rectangular, dividiéndose en tres naves, separadas por gruesos pilares rectangulares con esquinas achaflanadas y cubiertas por bóvedas de arista. La primera planta fue dañada en la Guerra Civil, siendo reconstruida posteriormente. Bajo la primera planta se conserva una red de cámaras de aire de la que se desconoce su extensión y función concreta.
Por su parte, el palacete barroco, situado en el número 8 de la calle Condesa Carmen Pizarro, fue adquirido en junio de 2018 por 576.113 euros, cantidad fijada por la Comisión Provincial de Valoración. Ocupado hasta su enajenación como vivienda en su planta superior y utilizado como local de copas en planta baja, aparece definido en el Plan General de Ordenación Urbana como "antiguo palacio, modificado el interior, que comunica con la antigua Tercia, con fachada de dos plantas, bastante modificada en planta baja donde se abre una puerta adintelada entre pilastras y balcón en planta principal a eje con la puerta y cierre" que responde a características constructivas y estilísticas del estilo Barroco pleno, fijando su construcción entre los siglos XVII y XVIII. La misma ficha urbanística indica que "la fachada, de fábrica de ladrillo, está bien resuelta, siendo una muestra más del barroco civil lucentino" y destaca como elementos de interés del inmueble "la portada y huecos de planta alta con sus elementos decorativos".
Más recientemente, en mayo del pasado año, el ayuntamiento cerró un tercer acuerdo para la adquisición por 15.735 euros de un pequeño patio interior de apenas 28 metros cuadrados, que conecta los dos inmuebles, dotándolos de una continuidad física para desarrollar una actividad única en su interior.
De esta forma, el complejo dispone de más de 1.100 metros cuadrados de espacios y salas, con una entrada principal por la calle Condesa Carmen Pizarro y otra por el Coso. Según ha indicado Francis Aguilar, se trata de una superficie más que suficiente para poder desarrollar el proyecto de un hotel con, al menos, 25 habitaciones, número mínimo para dotarlo de viabilidad económica, según la empresa interesada.
Existe un segundo patio, de menores dimensiones, que también debería ser expropiado, y que aportaría luz al edificio de los "alfolíes", aunque el proceso de compra va más lento al no haber podido concretarse la propiedad del mismo.
La determinación del uso de estos edificios ha sido objeto de debate y diferentes planteamientos durante los últimos años, chocando en todo momento con el elevado coste económico de una rehabilitación compleja, sobre todo en el caso de los "alfolíes", popularmente conocidos como "La Tercia", en cuyas cubiertas se tuvo que actuar recientemente. Por otra parte, la creación de un nuevo hotel vendría a cubrir parcialmente el paulatino descenso de la oferta de alojamiento de la ciudad, tras la desaparición del hotel Prestige –hoy convertido en hospital– y del hotel Baltanás.