El Ayuntamiento de Priego ha dado casi por finalizada la restauración de la fuente de Santa Ana. Llevada a cabo por el vecino Manuel Jiménez Pedrajas, el proyecto se ha desarrollado durante varios ejercicios dada la complejidad e intensidad del mismo.
El proyecto redactado por el restaurador y que fue autorizado por la Delegación de Cultura en octubre del año 2020, recoge el avanzado estado de deterioro de la fuente. De autor desconocido del siglo XVIII, cuenta con cuatro tazas realizadas en piedra tallada en material calizo blanco y gris, y es conocida como “Fuente de los Leones”.
Según el informe, la fuente ha cambiado varias veces de ubicación, lo que ha provocado diferentes daños y pérdida de elementos decorativos. En general, el estado de conservación era "irregular, muy degradado, sucio y con fisuras":
La propuesta de actuación aceptada por la Junta de Andalucía, preceptiva al estar en el entorno de un BIC -el Sagrario de la Parroquia de la Asunción- recoge las siguientes actuaciones: desmonte de las piezas, retirada con grúa de las piezas, limpieza de las concreciones calcáreas, limpieza de cemento, tratamiento de algas y musgos, instalación hidráulica nueva, reintegración de volúmenes colocación de la piedra en su lugar y tratamiento hidrófugo.
Para la alcaldesa y la presidenta del área de Cultura, “esta restauración alcanza un simbolismo total de la apuesta que desde el Ayuntamiento se está realizando en los últimos años, ya que no solo nos preocupamos por los grandes monumentos, sino también por pequeñas piezas artísticas, como la presente fuente, que han sido recuperadas tras una enorme labor de documentación por parte del restaurador para poder volver a disfrutarla como lo fuera en su estado original”.
COSTE Y FASES DE EJECUCIÓN
El coste aproximado de la intervención alcanza los 15.000 euros, ejecutado en dos fases que se han simultaneado con otras reparaciones realizadas por los servicios municipales para la dotación de luz y canalizaciones de agua.
En una primera fase, se desmontaron las piezas actuales, la mayor parte de ellas en un estado avanzado de deterioro, y fueron trasladadas al taller del restaurador para su recuperación. De manera simultánea, y tras una importante labor de documentación, se inició la siguiente fase que pretendía recuperar la conformación original de la fuente, la cual estaba culminada por un pináculo soportado por cuatro bolas de piedra caliza.
“La solución de la cruz de forja que conocíamos los prieguenses en los últimos tiempos fue un remiendo dispuesto en las últimas restauraciones para mantener la simbología de la escultura”, afirma Jezabel Ramírez. al mismo tiempo que señala como principal objetivo de esta restauración "recuperar la conformación original para que la plaza tuviera todo el esplendor que la fuente aportaba en su origen”.