Concha Ruiz Villén es una médica natural de Rute que trabaja en el hospital Reina Sofía desde 1997. En concreto, ejerce como anestesióloga de la Unidad de Anestesiología y Reanimación de dicho hospital. Pero además, lleva años cooperando en distintos proyectos humanitarios, en países como Tanzania o Ecuador. En ese contexto, ha formado parte del Equipo Técnico de Ayuda y Respuesta a Emergencia (Star) de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) en Mozambique. La labor desarrollada en el país africano les ha valido la Orden del Mérito Civil del Ministerio de Asunto Exteriores. Por este mismo trabajo, el equipo también ha recibido el reconocimiento de la Organización Médica Colegial, máxima representación de la profesión.
De esta forma, ve compensada una labor altruista que se prolonga en el tiempo. Cree que hay que tomar conciencia de que el mundo no se limita a nuestro entorno más cercano, sea Rute, Córdoba o España. Más allá de los llamados países desarrollados, hay otros a los que no llegan todos los recursos económicos o sanitarios que aquí se disfrutan. Son lugares donde la gente se muere de enfermedades fácilmente curables. Por eso, aunque respeta que movilicen recursos para preservar el patrimonio, como fue el caso de la capital parisina, desearía que se diera “mayor visibilidad” a la atención a personas “que se diferencian de nosotros por el hecho de haber nacido en otro país”.
Respecto a la experiencia de Mozambique, en la entrevista concedida a Radio Rute (y que se puede escuchar íntegramente en esta misma entrada), aclara que el dispositivo del Gobierno español comenzó con el ciclón de Haití. Los estudios posteriores revelaron que no se habían aprovechado bien los recursos. Por tanto, para atender el ciclón Idai la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió que en cada país se crease un Equipo Técnico de Ayuda y Respuesta a Emergencia (Star). El panorama que se encontraron en Mozambique fue “desolador”. En apenas 48 horas desplegaron el operativo para atender a heridos y enfermos. Finalmente, se llevaron a cabo 2275 asistencias sanitarias, una media de 85 al día.
Pese al drama que supone ver a tanta gente necesitada, la experiencia de ayudar y ver tanta capacidad para mover recursos le resulta enriquecedora. Es un plus al desarrollo profesional que vive en Reina Sofía. Asegura además que en los países donde ha estado cooperando ha podido conocer a “gente maravillosa”. El contacto con otras realidades le ha dado “amplitud de miras” y la ha hecho “más tolerante”. Por todo ello, asegura sentirse “enormemente satisfecha” de haber participado en estos proyectos.
