El pasado viernes 20 de abril tuvo lugar la segunda ponencia mariológica, de las tres programadas, con motivo de los actos de la coronación canónica pontificia de la Virgen del Carmen. Al igual que la primera, tuvo lugar en su santuario de la calle Toledo. Poco a poco se acerca un día, el 28 de julio, que será histórico para los devotos carmelitanos. Esta segunda ponencia ha corrido a cargo del sacerdote Antonio Murillo Torralbo, canónico y profesor de Mariología en el seminario de Córdoba. También es párroco de la iglesia de Jesús Divino Obrero, de la capital.
El encargado de presentarlo fue el párroco de Santa Catalina, Juan Carrasco, quien dijo que Antonio Murillo es conocido como “el sacerdote de los pobres”. Además, resaltó “su nobleza” y dijo que es una persona “muy especial” para él. La razón es que lo acompañó durante su formación en el seminario de Córdoba. Con esta ponencia, dijo Carrasco, continúa un proceso que está siendo largo y no exento de complicaciones. No obstante, como miembro de la comisión pro coronación canónica, asegura que se está llevando a cabo “con alegría y mucho entusiasmo”.
Según el propio Antonio Murillo, su vida ha estado muy ligada a la figura de la Virgen María, y más en concreto a la advocación del Carmen. El sacerdote recordó a aquellos ermitaños del siglo XII que nombraron a María Virgen del Monte Carmelo. Murillo se refirió al Monte Sinai, al de la Buenaventura, al Monte Calvario o el Carmelo, entre otros, como lugares especiales donde Dios se ha mostrado de forma especial al hombre. Durante su ponencia, resaltó las virtudes de María, elegida madre de Dios por su humanidad, su misericordia o nobleza.
Asimismo, alabó y destacó la belleza de la Virgen del Carmen. Antonio Murillo felicitó al pueblo de Rute por la próxima coronación canónica de su Patrona, y dijo que todos los actos deben servir para acercar la figura de la Virgen al resto del pueblo. Junto a los párrocos estuvo el secretario de la comisión canónica, Jesús Manuel Redondo. Para concluir, la presidenta de la comisión, Dolores López, entregó al sacerdote invitado un escapulario de plata alusivo a este proceso.