Bajo el lema “Todos somos inmigrantes en este mundo”, distintos grupos de alumnos y alumnas del IES Nuevo Scala de Rute están participando en un programa de intercambio europeo. Se trata del Erasmus +, del Ministerio de Educación y Ciencia, y se está llevando a lo largo de dos años académicos. Durante el presente curso el primer grupo de alumnos que viajó, lo hizo a Varsovia, en Polonia. Después, del 18 al 24 de abril, Portugal ha sido el destino de los últimos cinco alumnos que han tenido posibilidad de participar. En este caso los alumnos y alumnas que han disfrutado de esta experiencia han sido Antonio Espejo, José Joaquín Ruiz, María Araceli Porras, Paqui Curiel y María García. En el proyecto están implicados centros educativos de Polonia, Grecia, Portugal e Italia.
Según el coordinador en Rute, el profesor de Francés Jonathan Oliva, esta iniciativa, a pesar de estar subvencionada, “no sería posible sin la generosidad y la implicación de las familias”. De hecho, los alumnos que van y vienen de los distintos países son acogidos en los domicilios familiares. Para Oliva, con este proyecto se pretende concienciar de las diferentes olas migratorias. También busca, apunta el profesor, poner el acento en la fuga de cerebros que lamentablemente existe, sobre todo en la vertiente mediterránea. En definitiva, es una oportunidad, asegura, para que el alumnado “se sienta europeo”, y en la medida de lo posible “crear un mapa conceptual de ayudas a todos los refugiados o inmigrantes”. En este sentido, el coordinador ruteño ha recordado que España es el segundo país de la Unión Europea que más inmigrantes recibe.
En el segundo de los viajes programados, junto a Jonathan y los alumnos mencionados, también ha estado el profesor de Inglés Salvador Jiménez. Este último ha informado de que es “el idioma común que comparten todos los alumnos implicados”. Del viaje a Portugal, Antonio Espejo recuerda el monumento al fado, con el que se rinde homenaje a la canción urbana característica de este país. De hecho, este género ha recibido la distinción de Patrimonio de la Humanidad, concedido por la Unesco. José Joaquín Ruiz ha detallado cómo pasaba un día en Portugal: amanecía a las siete de la mañana y desayunaba. Luego se trasladaba al centro escolar, donde convivían con otros portugueses. A continuación, partían para las distintas actividades y visitas culturales programadas.
La gastronomía fue una de las cuestiones que les llamó la atención. De hecho, otra de las compañeras, María Araceli Porras, aún se acuerda de los dulces portugueses. Y también de los horarios, sensiblemente más diurnos que en España. Todos guardan buenos recuerdos. Si se les pregunta si repetirían, afirman que sí sin pensarlo. Han conocido otras culturas y músicas, e incluso, apuntan Paqui Curiel y María García, siguen manteniendo relaciones con los chicos y chicas que conocieron. Para septiembre está previsto que se trasladen a Grecia Ángela Fernández, María Trujillo y Juan Carlos Medina. Finalmente, el pueblo de Rute será anfitrión sobre el mes de mayo del próximo curso académico. Entonces, una treintena personas de diferentes países serán acogidas en los hogares ruteños.