Quién le iba a decir a aquel jovenzuelo de 17 años que presenció su primer juicio en el edificio de la Audiencia Provincial de la Avenida Conde de Vallellano que no sólo presidiría el tribunal de la sala, sino que, además, sería quien echase la llave por última vez. El magistrado presidente de la Audiencia de Córdoba, Francisco de Paula Sánchez-Zamorano (Carcabuey, 1957) llegó de Rute, donde su padre ejercía de maestro en 1974 al Colegio Universitario de Derecho de la ciudad. Antes de las vacaciones de Navidad de su primer año académico, el profesor de Derecho Penal llevó a su clase de visita a la sala de vistas de la hoy Sección Segunda de la Audiencia, donde se celebran los juicios de Tribunal del Jurado, y en ese momento, sentado en el banco con su libreta y bolígrafo "ya me rondaba en la cabeza la idea de ser juez".
En 1982 este insigne "subbético" ingresó en la carrera judicial como juez de Primera Instancia e Instrucción de Pozoblanco, algo que le permitió disfrutar de su profesión y de otra de sus grandes pasiones que hoy lo tienen hasta lesionado, y que mucho tienen que ver con la naturaleza del Valle de Los Pedroches. Dos años después ascendió a magistrado titular en Las Palmas de Gran Canaria, pero sólo hasta 1986, cuando regresó a Córdoba con su plaza en el de Instrucción número 2. Desde 1990 es magistrado en la Audiencia Provincial de Córdoba, que ahora también preside.
Ha sido miembro electo de la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) entre 1995 y 2000 y desde 2014 es presidente de la Audiencia Provincial remplazando al magistrado Eduardo Baena Ruiz, que se encuentra en el Tribunal Supremo (TS). "¡Cómo es el destino! Cierro el lugar donde por primera vez tuve contacto con la profesión", reflexiona en una mañana de entrevista en la que la nostalgia casi eclipsa la ilusión de todo el trabajo que queda por hacer para que la oficina judicial cordobesa se convierta en la moradora acorde a un nuevo emplazamiento pensado con proyección de futuro.
Cuando tan sólo falta una semana para echar el candado de la que ha sido su segunda casa en la última treintena, Sánchez-Zamorano reflexiona sobre lo vivido, tanto en sala como en "tantos días de despacho, fines de semana trabajando en sentencias complejas". Es consciente del reto que supone la nueva Ciudad de la Justicia de Córdoba, conoce los problemas que ha supuesto el traslado y está convencido de que se van a ir solucionando para el bienestar "no sólo de funcionarios, jueces y fiscales, sino de toda la sociedad cordobesa".
"Cuento como escritor lo que no me atrevo a decir como juez"
Y cuando cuelga su toga, el magistrado coge papel y bolígrafo para escribir. Una antología de poemas de Juan Ramón Jiménez editada en Argentina lo cautivó hasta el punto de devorar su obra. "La prosa poética de Platero y yo me fascinó". Pero fue su pasión por la naturaleza lo que lo impulsó a escribir primero poemas, relatos y hasta novelas con un lenguaje muy cuidado con el que "cuento como escritor lo que no me atrevo a decir como juez".
'Trece de diciembre', 'El crepúsculo del Virbio', 'Tiempo detenido', 'Paraíso imposible', 'Rueda de máscaras' han salido de la misma pluma de quien falla y firma sentencias judiciales de peso en la historia de la judicatura cordobesa.
En lo que como "subbéticos" nos toca, cabe igualmente reseñar uno de sus últimos trabajos, “El color de las palabras”, un diccionario con centenares de voces propias de los pueblos de la Subbética Cordobesa, al que se asoman vocablos como gofifa, gatá, norigá, orito, quijacasero, pulpitillo, rabiso, sanjuareña, salsibulle, tranquillo, umbralá… solo un pequeño ejemplo de los cientos de palabras propias de nuestros pueblos, cuyo origen y significado recoge este "Diccionario de voces de la Subbética Cordobesa”, que publicó el Grupo de Desarrollo Rural, tras ser recopiladas por Francisco Sánchez Zamorano.
¿Cómo era la justicia que aprendió aquel joven de 17 años que llegó al Colegio Universitario de Derecho en 1974 con respecto al actual sistema legal?
Ha cambiado mucho, sobre todo en la cantidad de órganos judiciales. Aunque la cúspide de la pirámide de la Audiencia no ha cambiado hasta hace poco, con el incremento de magistrados, bien por la vía de comisión de servicio o por la creación de plaza para dotar la Sección Civil, después de la división en 2014 de las jurisdicciones. Sin embargo, sí que hay más juzgados en la capital y en los pueblos, aunque aún siguen soportando una carga de trabajo desmesurada. Hasta el propio presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) del Tribunal Supremo (TS) felicitó a las secciones penales por el trabajo que se está desarrollando, sin olvidar a la Sección Civil, que también está sobrecargada; tengo solicitada una comisión de servicio mientras se crea la plaza que también tengo pedida. Ahora mismo somos 13 magistrados en la Audiencia, 11 con plaza de titularidad más los dos de comisión de servicio en cada sección penal. También se han construido muchas sedes judiciales en la provincia o se han remodelado las que hacían falta y están preparadas para la justicia del siglo XXI, a excepción de Lucena, que cuenta con una sede judicial que no reúne las condiciones de dignidad que debían tener. Estamos trabajando con la Junta de Andalucía para que sea una realidad más pronto que tarde; una nueva sede judicial que acoja a los tres juzgados de primera instancia. Y por supuesto, otro cambio ha sido la digitalización de los procedimientos, por medio del expediente digital, aunque no está todo lo desarrollado que debiera estar, ha modificado la manera de trabajar de jueces, fiscales y todo el personal de la administración. Espero que podamos llegar más pronto que tarde a la desaparición del papel. ¡Y qué decir ya de nuestra nueva Ciudad de la Justicia, que cuenta con una envergadura que la diferencia del resto de edificios de otras provincias andaluzas!
"Lucena cuenta con una sede judicial que no reúne las condiciones de dignidad que debían tener"
Usted mismo ha mencionado la situación de Lucena, la sobrecarga en Primera Instancia e Instrucción, en los penales, en la propia Audiencia. Son históricas ya las reclamaciones para las oficinas judiciales de Córdoba.
Y soy consciente de que hacen falta funcionarios, porque la dotación de las plantillas es escasa, parecida a la que había hace tres o cuatro décadas. En la capital es necesaria la creación de, al menos, dos juzgados de Primera Instancia y uno de lo Social, además de las plazas de la Audiencia que espero que se consoliden junto con la de la Sección Civil.
El juzgado 24 horas es otra demanda anunciada, pero sin visos de puesta en marcha.
Tal y como se encuentra el curso de su procedimiento, calculo que tendremos el Juzgado 24 horas a mediados de 2018. Es un proyecto que ha dormido el sueño de los justos. Tenemos que remontarnos a 2011, que es cuando la Junta de Jueces promovió la necesidad de la puesta en marcha de un servicio 24 horas. Pero el asunto, ya le digo, quedó en una intención. En cuanto llegué a la Presidencia de la Audiencia retomé el mismo expediente, se inició el trámite para su estudio por parte de los vocales del CGPJ, el TSJA, se aprobó incluso la Proposición No de Ley (PNL) pertinente y me consta que el interés de las administraciones es que se lleve a efecto y se ejecute lo antes posible. Para la administración de un buen servicio público, como es la justicia en una ciudad como Córdoba, con mucho turismo al que auxiliar, además de sus propios habitantes, es necesario que se pueda atender a los ciudadanos a cualquier hora. Es una necesidad.
¿Las carencias son la causa de la lentitud de los procesos judiciales o hay cierta verdad al decir que el Derecho Procesal se ha quedado obsoleto?
El retraso se debe a todo un poco. Leyes procesales, como la Ley de Enjuiciamiento Criminal obsoletas, decimonónicas, de finales del siglo XIX. Estas normas son la vía por donde circula el tren y está mohosa y oxidada. La estructura de la oficina judicial y la distribución de órganos judiciales no es la adecuada para el siglo XXI. Tenemos que abandonar lo que yo llamo 'reinos de taifas judiciales' de un juez, un juzgado. Hay que buscar equipamientos humanos y materiales para que auxilien a muchos jueces en un mismo lugar. Una idea sería refundir todos los juzgados del Sur de la provincia de Córdoba en una sede única, que no supone suprimirlos de manera que, por ejemplo, en los juzgados de Priego de Córdoba habría funcionarios para auxilio judicial, pero en una infraestructura más grande con 7, 8 o 10 jueces concentrados con un equipamiento de sede común estarían centralizados para servir a todo el Sur de Córdoba.
"Calculo que tendremos el Juzgado 24 horas a mediados de 2018"
¿Dónde está la ventaja?
Se abarataría, así, el coste y también se dotaría a la justicia de una mayor eficacia para la prestación de algo de lo que no nos podemos olvidar nunca: Un servicio público que presta la tutela judicial efectiva, derecho de los ciudadanos que ejecutamos jueces, fiscales, letrados de la Administración de Justicia y por supuesto, los funcionarios. De esta manera, creo que todo iría más rápido, porque estaría redimensionándose optimizando recursos. Esto no quiere decir que habría que incrementar el número de funcionarios y jueces; la ratio está en 12 jueces por 100.000 habitantes, cuando hay ciudades europeas incluso con 20. Hacen falta oposiciones de judicatura; este año se convocaron 100 plazas, 60 para jueces y 40 para fiscales. Esto es insuficiente para la agilización de la justicia.
Porque parece que no somos capaces de respetar las normas que nos rigen ni los derechos de los demás sin un tribunal de por medio...
Hombre, eso una reflexión más profunda. Pero en líneas generales sí. Usamos demasiado el recurso judicial sin pararnos a contemplar, en muchos casos, los mecanismos de mediación o resolución de conflictos. La justicia está para servir al ciudadano contra abusos de otros ciudadanos y de los propios poderes del Estado. Esa idea sí que está desvirtuada y como juez trato siempre de defender; cuando se trata de administrar justicia, cada juez es independiente, con las carencias que pueda tener el sistema sí.
"Una idea sería refundir todos los juzgados del Sur de la provincia de Córdoba en una sede única"
Carencias o politización de la Justicia. La máxima instancia judicial del país está compuesta por magistrados propuestos por los partidos políticos que forman parte del Parlamento.
Vamos a ver, los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) son elegidos por la correlación de fuerzas de los partidos políticos y éstos, a su vez designan a otros magistrados de otras instancias, eso es así. Con todo, hay que tener en cuenta que cuando se nombra a un magistrado del TS, ese magistrado tiene un conocimiento jurídico extraordinario con años en el ejercicio de la carrera judicial con lo que eso implica: Actualización constante de la legislación y aplicación de la misma. Ahora bien, los jueces somos personas y podemos tener una ideología u otra. En ese sentido, sí que se podía mejorar el sistema de nombramientos con otros métodos como la vía primigenia de 1985. Eso lo podemos discutir. Pero en la administración de la justicia son completamente independientes.
Un sistema que, aún siendo per se un servicio público que garantiza la tutela judicial efectiva, siempre acaba en esa dicotomía filosófica del bien y el, lo bueno y lo malo.
Malo es quien trasgrede la norma y bueno la víctima del trasgresor. El que mata es malo y los familiares son los buenos. A priori, no hay justificación alguna para saltarte la norma y atentar contra la integridad. Ahora, el derecho tiene recovecos y matices. La persona que agrede puede estar justificada por legítima defensa, que es una eximente. Los testigos, los informes periciales son lo que va a dar luz en la escenografía del juicio. Pero realmente en la justicia no hay blanco y negro. ¿Y si a ti te van a agredir y te van a matar pero tu única manera de salvar tu vida es matando a quien te pretende matar? Eso está justificado en derecho. Aquí no hay buenos ni malos.
Una de las ventajas que tienen los jueces de la Audiencia es que pueden compartir reflexiones, debatir interpretaciones legales, consultar.
La deliberación de un tribunal es democrática; la tesis más apoyada es la que sale adelante. Pero también se contempla que el magistrado que discrepe puede hacerlo constar en su voto particular que adquiere fuerza moral a efectos de recursos posteriores. Sin embargo, con respecto a la uniformidad de criterios de la Audiencia, en pleno nos ponemos de acuerdo para evitar la inseguridad jurídica. En esa unificación de criterios es necesario llegar a un consenso de criterios para disuadir en parte a los recursos. Pero no se trata de una cosa estática, sino que dando respuesta a casos parecidos, vamos tomando conciencia de un avance en las tesis; eso es algo que el TS lo hace y ocurre igual en las instancias inferiores.
"Cada persona saca sus propias conclusiones de la justicia, según le beneficien o le perjudiquen"
En este sentido, al menos en la Audiencia cordobesa, si la década de los 80 o 90 predominaban los juicios sobre droga, venta o robo, la violencia de género ahora es un continuo en cualquiera de sus variantes; abusos sexuales, pornografía incluso infantil, malos tratos.
Desgraciadamente es una lacra tan de moda en la historia judicial... Pero no es que sea una realidad que ocurra ahora de repente, siempre ha existido lo que pasa que cada vez hay más conciencia de ello. Pero en la Audiencia hay de todo. Hay casos con 10 sesiones de juicio además de 10 tardes y de fines de semana de estudio para montar la sentencia con base y fundamento. Es algo que no se explica, ese trabajo arduo del juez después de una vista, donde tiene que barajar todas las posibilidades legales y ajustar cada caso a la norma que más se ajuste. Cada persona saca sus propias conclusiones de la justicia, según le beneficien o le perjudiquen.
Pero hay resoluciones difícilmente comprensibles para el sentido común.
Hace falta pedagogía del trabajo judicial. La mejor herramienta que tenemos para ello es el Tribunal del Jurado. Siempre he tenido experiencia positiva, a pesar de la responsabilidad que tenemos los jueces con la confección del veredicto, porque se crea una escuela de ciudadanos con la administración de justicia. Siempre suelo preguntar, una vez disuelto el jurado, su percepción de la justicia antes y después de la experiencia. El cambio no puede ser más radical; cuando se enfrentan al enjuiciamiento de una persona se dan cuenta de la complejidad para quien tiene que decidir si una persona pasa los próximos 20 años en la cárcel.
"Si se hace un juicio mediático sólo con parte de esa información, el estigma que puede ocasionar a una persona es irreparable"
La justicia paralela de los medios de comunicación, sobre todo quizá en la fase de instrucción con las filtraciones de parte del sumario del caso, ¿afecta a la concepción de la justicia?
Los medios ejercen su trabajo de trasladar a la sociedad información, es un derecho también. Lo que ocurre es que en un proceso judicial todo es complejo, hay muchas pruebas, tesis encontradas, descubrimientos que pueden cambiar el transcurso del procedimiento. Y si se hace un juicio mediático sólo con parte de esa información, el estigma que puede ocasionar a una persona es irreparable.